What a fun morning! Today I got to speak Spanish and be a part of putting smiles on faces. For me that’s a formula for an excellent volunteer opportunity. The moment I arrived to The Ascension Church where Catholic Charities was hosting a mobile food pantry for Hispanic families, I was greeted by about the nicest people you’ll ever meet. A group of volunteers were out sweating on a hot day, loading groceries and giving hugs and sharing “God Bless you’s” as they helped people pack up their food.
The volunteers pack the food for the mobile food pantry with food from the MIFA food bank a day or two before the mobile food pantry takes place. They were thrilled that this time MIFA had fresh fruits and veggies. Families are identified through partner churches that are familiar with families most in need of food assistance in their area. Catholic Charities works with many immigrant populations who face language and cultural barriers on a daily basis. I would guess that these families would have very few other means to be connected to such services without Catholic Charities’ fantastic outreach work.
These families suffer from food insecurity for what I am sure is a variety of reasons. The relief was written on the face of each recipient family as they received provisions: for at least one week the pantry will be stocked. The hugs they gave us were sincere and heart-felt. For me it was especially gratifying to be able to link communication between the volunteers and food recipients, but even more so to know that there are such caring individuals in the Memphis area looking after the most basic need of nutrition for a population that is often disconnected from daily community life.
En español:
Que mañana más divertida! Hoy día tuve la oportunidad de hablar en Español y poder ser parte de colocar sonrisas en algunos rostros. Para mí esa es una fórmula para una excelente oportunidad de ser voluntaria. En el momento que llegue a la Iglesia de la Asunción donde Caridades Católicas estaba siendo anfitriona de una entrega de comida móvil para la población hispana, yo fui recibida por la gente más amable que alguien puede conocer. Un grupo de voluntarios estaba sudando en un día caluroso, cargando comida y dando abrazos y compartiendo “Dios les bendiga” a medida que ayudaban a las personas empacar su comida.
Los voluntarios empacan la comida para la entrega móvil con productos del banco de comida de MIFA con un día o dos de anticipación. Los voluntarios estaban emocionados que en esta ocasión MIFA tenía fruta fresca y vegetales. Las familias fueron identificadas a través de iglesias que están relacionadas con aquellas que están en mayor necesidad en su área. Caridades Católicas trabajan con tantas poblaciones inmigrantes quienes tienen que enfrentarse con barreras lingüísticas y culturales día a día. Yo me imagino que estas familias tienen muy pocas otras oportunidades de estar conectadas a servicios parecidos sin el fantástico trabajo de Caridades Católicas.
Yo creo que estas familias sufren de inseguridad de comida por una variedad de razones. El alivio estaba escrito en el rostro de cada familia cuando recibían sus provisiones: por lo menos comida que les durará una semana. Los abrazos que nos daban eran sinceros y de sus corazones. Para mí fue una experiencia especialmente gratificante por tener la habilidad de ser un enlace de comunicación entre los recipientes y los voluntarios, pero aún más para conocer a las personas amorosas que cuidan la necesidad más básica de nutrición para una población que esta desconectada de la vida diaria de la comunidad muchas veces.